Familiares de fallecidos en el helicóptero del SAR en 2014 califican de “milagro” la reapertura del caso

Uno de ellos, Sebastián Ruiz, asegura tener la certeza de que se produjeron fallos mecánicos y espera que se pueda demostrar.

Sebastián Ruiz, padre de uno de los operarios del helicóptero del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) fallecidos en el accidente del año 2014 considera un “milagro” que el Tribunal Supremo haya ordenado la reapertura del caso: “De cien posibilidades solo teníamos una de que nos escucharan”. 

Señala que en cualquier siniestro aeronáutico, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) analiza todas las piezas que se recuperan, pero en el caso de este accidente ni lo hicieron de oficio ni cuando se le pidió expresamente. Ruiz señala que, en aquel momento, se les dijo que esa prueba era “innecesaria e impertinente” y ahora se satisface de que el Supremo les haya dicho que además de necesaria y pertinente es “imprescindible para saber lo que ocurrió realmente”. 

“Poca vergüenza”

Recuerda que el helicóptero siniestrado tenía una antigüedad de 31 años de servicio y, además, se les ordenó hacer una maniobra muy arriesgada. Califica de “poca vergüenza” que entonces se hiciera un informe antes de encontrar el helicóptero afirmando que no se había producido ningún fallo mecánico: “Tenemos la certeza de que han producido errores y esperamos que se pueda demostrar”.

Señala que, a partir del accidente se cambiaron algunas medidas de seguridad que hasta entonces no se adoptaban y recuerda que cuando se accidentó el segundo helicóptero se encontró dinero para comprar helicópteros nuevos, “cuando antes no había para comprar piezas”. Se siente satisfecho de que ahora los compañeros de su hijo puedan trabajar en condiciones de mayor seguridad.