El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y presidente del Instituto Municipal de Deportes (IMD) defiende el valor de la actividad física para la mejora de la calidad de vida y la reinserción social.
El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y presidente del Instituto Municipal de Deportes (IMD), Aridany Romero, afirma que, cuando llegaron a la alcaldía en el año 2015 el área de deportes era “un solar”.
“Nos encontramos un solar, un ecosistema deportivo abandonado”, afirma Romero, que indica que con la excusa de la crisis económica iniciada en el año 2007, quedaron muy dañadas las infraestructuras culturales y deportivas. Señala que fue “un aterrizaje doloroso” y hubo que poner “pie en pared” y comenzar a rehabilitar instalaciones, “porque incluso estábamos poniendo en peligro a los deportistas”. La recuperación de estas infraestructuras, indica el concejal, es algo que el alcalde, Augusto Hidalgo, “tuvo muy claro desde el principio”.
Educar en valores
Señala que la importancia de la práctica deportiva no solo radica en la mejora del bienestar físico, sino en las sinergias que establece con otras áreas del desarrollo personal. A este respecto, indica que es muy necesario para el buen desarrollo de los jóvenes porque permite alinearlos desde edad temprana en los valores relacionados con el deporte.
Asimismo, indica que las prácticas deportivas permiten una intensificación de las relaciones sociales, como se observa cuando se inaugura una nueva instalación deportiva, que se constituye rápidamente en un elemento de atracción y punto de encuentro no solo para deportistas federados, sino para cualquier persona que quiere hacer algún tipo de actividad física.
Superar la hegemonía del fútbol
Romero afirma que uno de los empeños de su departamento ha sido el de la diversificación de la práctica deportiva, anteriormente muy centrada en el fútbol. Recuerda que hay muchas personas que practican otros deportes, incluso minoritarios, y a ellos se suman las personas que vienen de otras latitudes y tienen otras costumbres deportivas: “Tenemos que tratar a todos los niños y niñas por igual”.
Afirma que el excesivo empeño en el fútbol ha hecho perder el tren inversor en infraestructuras deportivas. Así, después de cuarenta años la ciudad carece de una pista de atletismo, algo que espera resolver con la inversión de siete millones de euros que están realizando en el barrio de Las Torres para dotarla de una infraestructura capaz de albergar pruebas deportivas de alta competición.
Marginación y deporte
Romero se siete particularmente satisfecho del trabajo realizado en el centro penitenciario de el Salto del Negro. Señala que es obvio que la práctica deportiva mejora la calidad de vida y la sociabilidad de las personas, por lo que es muy importante llevarlo a aquellos lugares donde existe mayor riesgo de exclusión social. Afirma que el hecho de que las personas cometan errores no les excluye de la posibilidad de compartir vida social. Así, indica que en carreras como la LPA Night Run corrieron reclusos de instituciones penitenciarias “y nadie se dio cuenta”.
La viabilidad del Club Natación Metropole
Sobre las dificultades que atraviesa el Club Natación Metropole, Romero apunta que se trata de un asunto de difícil solución “porque los socios tienen que hacer un esfuerzo adicional”. Afirma que se han puesto a disposición de la directiva actual, de la plataforma opositora y de los socios para colaborar “incluso económicamente”. Pero recuerda que el agujero económico es estructural y supone mucho dinero.