Una madre de acogida de dos menores afirma que la sociedad canaria tiene mucho desconocimiento sobre estas personas: «No sé por qué interesa tan poco hablar de solidaridad».
Davinia Medina, madre de acogida de dos menores migrantes, afirma que el acto de tutela es lo mejor que ha hecho en su vida e invita a otras personas a informarse sobre esta posibilidad,
«De por vida»
Medina conoció a los menores siendo tutora de segundo de la ESO, cuando cinco de ellos llegaron a su clase, «sin conocer el español y muy asustados». Señala que, al final, «acabas siendo su adulto de referencia, estás pendiente de ellos las veinticuatro horas». Finalmente, dos de ellos han acabado viviendo en su casa, pero mantiene contacto todos los días con los otros tres.
Tras esta experiencia, está convencida de que es algo que va a hacer «de por vida» por las satisfacciones que le produce. Recuerda que, a partir de los dieciocho años de edad, dejará la tutela, pero espera que ambas personas sigan con ella «toda la vida».
Recuerda que algunos miembros de su familia fueron reacios en un primer momento «porque existe mucho desconocimiento», pero ahora todos hacen una vida normal con ellos.
Desconoce por qué la sociedad se interesa tan poco por la solidaridad. No solo por los menores migrantes que están en los centros de acogida, sino también por los menores canarios que están acogidos. Está segura que si hubiera más información, habría más acogida.
«Muy buena madre»
Medina está acompañada por uno de los menores, Badiougou Fofana, de dieciocho años de edad y natural de Mali. Llegó en pateras a Canarias, dejando atrás familiares en su país de origen, entre ellos ocho hermanos, su padre y su madre. Afirma que Davinia es «muy buena madre».
Acaba de terminar la FP en grado básico y ahora se dedica a la carpintería en una FP de grado medio. Afirma que la gente de Canarias lo trata muy bien, pero de vez en cuando escucha algún comentario racista.