Su director, Luis Miranda, destaca el carácter "glocal" de los 95 títulos de la sección oficial, con historias radicadas en lugares concretos, pero con vocación de universalidad.
El Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria inicia este viernes su vigesimoprimera edición y recupera todo su esplendor tras los peores momentos de la pandemia de la covid-19, que redujo considerablemente sus aforos.
‘Nosferatus’ con música en directo y el Gran Wyoming
Su director, Luis Miranda, señala que la sesión de apertura de este viernes en el edificio Miller contará con la exhibición de la película ‘Nosferatus’ (1922) de Friedrich Wilhelm Murnau y que contará con la música en directo del laudista holandés Jozef Van Wissem. La presentación correrá a cargo del Gran Wyoming.
En total, el Festival acogerá noventa y cinco producciones “muy glocales”, en el sentido de que si bien están radicadas en lugares concretos (lo local), aspiran a la universalidad (lo global. Además, volverán las noches freak, esta vez con dos ediciones, con dos películas en viernes y sábado. Se trata de una de las secciones que, según indica Miranda, cuenta con el público más fiel.
Fidelidad a una identidad
El Festival continúa fiel a su identidad de presentar el mejor cine sin concesiones al viejo glamour, al que ya antes de la crisis de 2013, en el que no se pudo celebrar la edición, “la cosa se había ido rebajando considerablemente”. Miranda considera que lo que no tiene sentido es “hacer lo mismo aquí que en San Sebastián, un festival que se celebra a escala mundial”.
El certamen mantiene también la sección MECAS, espacios en los que se facilita el encuentro entre productores y cineastas para encontrar financiación para los proyectos. A este respecto, Miranda señala que hace más de quince años que se viene detectando una generación de cineastas canarios “que estaban haciendo cosas y cuyas producciones se pueden pasear por el mundo”. Esta edición contará con cuatro producciones canarias largas y catorce cortos.
Momento de transición
Sobre la relación entre el cine y la televisión, Miranda señala que nos encontramos en medio de una transición entre la era de la televisión y la era digital, “con un futuro difícil de predecir”. Afirma que lo que le interesa, “más allá del ejercicio de futurología”, es cómo cambia la nueva era el modo de ver el cine. Señala que en Las Palmas de Gran Canaria se sigue apostando por el cine en pantalla grande, “pero no sabemos si esto acabará pareciendo a un club de jazz o un lugar en los que se escucha música del siglo XVII”.