El Parlamento canario se abre a toda Canarias gracias a la inteligencia artificial

Astrid Pérez en el set de El Espejo Canario en el Parlamento de Canarias

Astrid Pérez en el set de El Espejo Canario en el Parlamento de Canarias

Su presidenta, Astrid Pérez, señala que la cámara es ahora «absolutamente accesible a todos los canarios».

El Parlamento canario se abre aún más a la ciudadanía gracias a la incorporación de diversos instrumentos, incluida la inteligencia artificial (IA), según expone la presidenta de la cámara, Astrid Pérez.

Personas con problemas de audición

Indica que una de las primeras medidas era dar respuesta a las 55.000 personas que, en Canarias, sufren problemas de audición y que no podían seguir las sesiones. Ahora, gracias a la inteligencia artificial, se subtitulan los plenos y las jornadas: «Ahora es un Parlamento absolutamente accesible». 

Visita virtual

Asimismo, la IA permite ahora hacer una visita virtual, de tal forma que se puedan conocer las instalaciones desde cualquier lugar del mundo, deteniéndose en la importante colección de obras de arte, así como en dependencias inaccesibles en las visitas presenciales, como el propio despacho de la presidenta de la cámara.

«Problemas» para no opinar

Sobre su actividad como presidenta, Pérez reconoce que, por su cargo y su carácter, a veces tiene problemas «importantes» para no opinar. Cree que dirige los plenos «con imparcialidad», aunque «en cuestiones políticas «me cuesta un poco callarme».

A este respecto, y como dirigente del Partido Popular, mantiene posturas muy claras en materias como la de la vivienda vacacional, en la que entiende que da respuesta a la tradición de que los beneficios del turismo se lo llevaran «cuatro señores» de fuera de las islas. 

Ahora, con esta modalidad, «se ha democratizado por primera vez en la historia el turismo». Considera que el problema es la falta de ordenación, porque «durante años las autoridades han mirado para otro lado».

Falta de planificación

Desvincula el problema de la vivienda del turismo, pues el caso, a su juicio, es que no ha habido planificación ante fenómenos como el migratorio, con numerosas personas llegadas desde Europa y Sudamérica «que viven en casas, no debajo de un puente»: «Nadie pensó en la vivienda y ahora esto es un disparate». 

Le parece «una barbaridad» que algunos intenten «colar» que la culpa es del turismo, cuando se ha sufrido un fenómeno de «inmigración absolutamente desordenada». A esto añade que, a su juicio, el derecho a la propiedad privada es «absoluto», por lo que considera «un poco stalinista» hablar de zonas tensionadas.