El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife, afirma que es preciso que los consumidores tomen conciencia de las dificultades de la producción y el papel que desempeña en la economía de la isla.
El consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife, Javier Parrilla, considera que al sector le falta mucho reconocimiento social, algo de lo que, a su juicio, tiene cierta culpa el consumidor, que no siempre entiende las dificultades de la producción y el papel que desempeñan en la economía de la isla.
A este respecto, destaca las dificultades para llevar a cabo el relevo generacional en un sector cuya media de edad, en el ámbito de la agricultura, ronda los cincuenta años, una cifra que no es plenamente satisfactoria. No obstante, indica que ahora se están incorporando nuevos profesionales con mayor formación, mucha de la cual es promovida por los cursos gratuitos que imparte el Cabildo de Tenerife, abordando los distintos aspectos del sector. Recuerda que el papel de la corporación es promocionar el valor del producto y divulgar la vinculación que tiene con el paisaje de la isla, algo que a su vez repercute con el turismo.
Asimismo, considera que el encarecimiento de los precios agrícolas es, hasta cierto punto, una percepción individual de los consumidores, pues les puede parecer caro comprar un queso local a un cierto precio, que es el mismo de una bebida elaborada industrialmente. No obstante, le consta que en algunos puntos puede que no se esté cumpliendo la Ley de Cadena Alimentaria.
Bajada de los precios del agua
Otro de los esfuerzos que está haciendo el Cabildo de Tenerife es garantizar el acceso al agua más barata al sector, algo que es ya una realidad en la comarca nordeste, en la cual el agua pública estaba a 60 céntimos el metro cúbico y ahora lo está a 55. Parrilla señala que el coste del gasto energético lo aporta el cabildo.
Un mandato difícil
Parrilla afirma que durante este mandato han tenido que lidiar con los peores años de muchas personas, debido a la pandemia de la covid-19 y la guerra de Rusia y Ucrania. Así, indica que se tomaron medidas complicadas, como el hecho de que el ejército se tuviera que personar en Mercatenerife para evitar el acaparamiento de mercancías: “Uno no estaba preparado para tomar ese tipo de decisiones”.