Jennifer Miranda: «Se equivocan cuando dicen que la extrema derecha no influye en la política municipal»

Jennifer Miranda y el grupo municipal socialista de Grabadilla de Abona | Foto: PSOE

Jennifer Miranda y el grupo municipal socialista de Grabadilla de Abona | Foto: PSOE

La alcaldesa de Granadilla de Abona lamenta el «blanqueamiento» de la ultraderecha por parte de Coalición Canaria, culpando directamente al presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo.

La alcaldesa de Granadilla de Abona, Jennifer Miranda, asegura que los que piensan que la entrada de Vox en los gobiernos municipales no es peligrosa, están «equivocados», pues, a su juicio, sus planteamientos de ultraderecha resultan decisivos en materias como las medioambientales, la atención a los migrantes o las políticas de género.

El actual pacto de gobierno en Granadilla de Abona lo conforman los once concejales del PSOE y dos del PP, a los que Coalición Canaria, Partido Popular y Vox han presentado una moción de censura. Miranda señala que una de las concejales del PP ha decidido mantener la palabra dada al PSOE y no participar en la moción.

La alcaldesa asegura que la moción de censura le ha sorprendido «muchísimo», máxime cuando se acaba de aprobar el presupuesto municipal con los votos favorables del PP, que celebraron con un desayuno de «chocolates con churros». 

Las políticas municipales de la extrema derecha

Miranda pone de relieve la actitud de Vox a lo largo de este mandato. Indica que siempre que se ha presentado una iniciativa en defensa de los derechos de las mujeres, o en repudio de la violencia machista se han abstenido, los han rechazado o se han ausentado del pleno. Asimismo, indica que en todo momento se han posicionado contra las políticas medioambientales; «Se equivocan cuando dicen que la extrema derecha no influye en la política municipal». Asimismo, señala que el portavoz municipal de Vox se ha posicionado en las redes sociales en contra del centro de atención a migrantes existente en el municipio.

La alcaldesa lamenta el «blanqueamiento» de la ultraderecha por parte de Coalición Canaria, culpando directamente al presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, por aceptar que la moción de censura se firmara en su propio despacho.