Isidro Hernández, conservador de la colección y experto en la figura del artista tinerfeño, destaca los valores de la obra de este «niño grande».
«Óscar Domínguez es un clásico, es decir, un autor que nunca acaba de decir lo que tiene que decir, como señaló Italo Calvino» destaca Isidro Hernández, conservador de la colección y experto en la figura del artista tinerfeño.
«Un niño grande»
Recuerda que el artista fue definido como «un niño grande», dos características contradictorias que se cruzan continuamente en su obra, a través de la expresión de lo trágico y lo cómico.
El Tenerife Espacio de las Artes cuenta con una colección muy importante del autor, pero muy difícil de contabilizar debido a la gran variedad de documentos, entre los que se incluyen obras pictóricas, cartas y fotografías. En pinturas se incluyen más de medio centenar de piezas que representan toda su trayectoria.
Se trata de una obra económicamente difícil de valorar, pues depende de qué etapa artística se tome en consideración. Si se trata de los momentos más relevantes de su trayectoria, «en la que su personalidad es más rotunda», como la que se desarrolla en los años treinta, el período daliniano o la faceta cósmica, una pieza puede alcanzar un valor de mercado de hasta dos millones de euros.
Una obra dispersa
Recuerda que a partir de 1936, Domínguez se trasladó a Francia y no volvió a España. A partir de ese momento, y sobre todo en los años setenta, su obra se dispersa en innumerables colecciones a lo largo del mundo.
Hernández Indica que, ahora, toda la pintura surrealista está al alza, por lo que es muy complicado, económicamente, seguir adquiriendo piezas en manos de colecciones privadas, pero «se hace todo el esfuerzo que se puede».