Paloma Tudela, responsable del departamento de educación del museo, y Emilio Ramal, responsable de la programación de cine, nos detallan todas las actividades que desarrollan a lo largo del año.
La función del departamento de Educación del Tenerife Espacio de las Artes (TEA) es hacer de puente entre los contenidos del museo y los públicos, intentando establecer una comunicación bidireccional entre el lenguaje del arte contemporáneo y los visitantes, según destaca su responsable, Paloma Tudela.
Un público muy variado
El público que visita anualmente el museo es muy variado. Tudela señala que se pueden hacer divisiones en grandes bloques, destacando aquellos que visitan el museo de forma no organizada y el gran público, que es sobre todo el escolar, que en cierta forma es «cautivo» porque «siempre va a estar ahí».
Asimismo, hay otros colectivos presentes en el museo, como las personas con dificultades y en exclusión social, así como las personas mayores y los que asisten atraídos por exposiciones y actividades vinculadas al ocio y a las vacaciones.
Los adolescentes como punto débil
El punto débil de cualquier museo es la adolescencia, porque en esa etapa de la vida, indica Tudela, los jóvenes se intentan alejar de los ámbitos más institucionalizados y desde el museo se trata de programar actividades que les interesen.
Recuerda que el arte pone sobre la mesa una diversidad de debates, muchos de los cuales son cruciales para la sociedad, porque retan a las audiencias a posicionarse sobre cuestiones en las que es preciso decidir: «De lo que se trata es de hacer entender eso a los más jóvenes».
El cine canario «existe»
Por su parte, Emilio Ramal afirma que «afortunadamente» el cine canario «existe», sobre todo gracias a que, en los últimos años, se han retomado las ayudas públicas. Su presencia se encuentra, sobre todo, en festivales, «donde tiene mucho recorrido», pero no es menos cierto que falta «esa película» que supere las fronteras de las islas y llegue más allá.
Apunta que lo que no hace falta en Canarias es «talento» porque, a su juicio, hay de sobra. Tal vez el problema sea alcanzar los presupuestos necesarios para sacar adelante una producción que tenga posibilidades de llegar al gran público.
Indica que el público del cine del TEA es «muy fiel» a su línea experimental, en el que tienen cabida muchas obras que, por su menor presupuesto, es difícil que lleguen a las grandes salas.