La concejala de economía, hacienda, presidencia y cultura del Ayuntamiento capitalino, Encarna Galván, defiende el valor de la cultura para la actividad económica.
Las Palmas de Gran Canaria inicia este viernes sus fiestas fundacionales, con las que celebra los 543 años desde su fundación. La concejal de Economía, Hacienda, Presidencia y Cultura del Ayuntamiento capitalino, Encarna Galván, se muestra satisfecha de un programa de actos que, en su consideración, hace justicia a la importancia de este evento histórico.
Pregón y Zarzuela 3.0
Señala que una de las directrices de esta celebración es confeccionar un conjunto de actos repartidos por toda la ciudad, al tiempo que se ha buscado que todos los ciudadanos pudieran encontrar alguna actividad que fuera de su interés. Entre estos actos, Galván destaca el pregón de este mismo viernes en la plaza de Santa Ana, en el que el músico José Brito aportará su visión de la ciudad.
A continuación tiene lugar el espectáculo “Zarzuela Glam 3.0” a cargo de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas y el Coro de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y con la participación de la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera, el tenor Celso Albelo, y la soprano Sofía Esparza, entre otros.
La cultura, “en el nivel que se merece”
Galván destaca el impacto económico que tiene la cultura sobre la ciudad y se muestra “feliz” de poder situar a la cultura “en el nivel que se merece, como una inversión muy productiva, que no solo tiene réditos económicos, sino también sociales, identitarios y de promoción”.
El presupuesto con el que cuenta su departamento es de unos dieciséis millones de euros, una cantidad que, indica Galván, no es gasto, sino inversión, pues algunos análisis económicos muestran que, en el año 2018, por cada euro que se invirtió retornaron 5,12 euros.
Sobreoferta y burbuja cultural
“Todavía nos queda mucho camino por delante porque no estamos entre las primeras grandes ciudades en inversión cultural”. Por eso apuesta por continuar desarrollando la actividad cultural porque “es algo de lo que no se puede prescindir”.
Sobre si esto no está generando un problema de sobreoferta que se puede traducir en una burbuja cultural, Galván indica que “todo el mundo estaba deseando salir a demostrar sus creaciones”, tras años de escasa actividad cultural: “Los creadores no han dejado de crear. Al contrario”.