El secretario de la mesa de la cámara y diputado del Grupo Nacionalista Canario asegura que cuando llegó por primera vez le sorprendió que no hubiera vecinos en la puerta para comentarle los problemas.
El secretario de la mesa del Parlamento de Canarias y diputado del Grupo Nacionalista Canario, Mario Cabrera, asegura que la labor diaria de la cámara tiene mucho que ver con los intereses de la ciudadanía, aunque no siempre esta lo perciba.
«El Parlamento hace una labor diaria que tiene mucho que ver con los problemas de la gente», afirma Cabrera, que pone como ejemplo la cuestión de la necesidad de sombra en los patios de los colegios, algo que debería resolverse, mediante ley, en la cámara.
Señala, a modo de anécdota, que al proceder de la gestión en las administraciones locales, a su llegada al Parlamento le chocó que no hubiera vecinos esperando en la puerta del Parlamento para contar sus problemas.
Crecimiento poblacional
Referido a la actualidad de Fuerteventura, Cabrera muestra su preocupación por el incremento poblacional. Indica que, al ritmo de crecimiento actual es necesario adaptarse y establecer claramente los criterios sobre lo que se puede crecer.
Señala que no es un problema de convivencia, pues en la isla han llegado a convivir 112 nacionales «sin problemas», sino de uso de los recursos. Por ese motivo entiende que es importante plantear cuestiones como «hacia dónde va la riqueza del suelo de las islas», con licencias que se están concediendo a intereses extranjeros: «Europa nos tiene que entender, porque ya tenemos problemas como el del agua».
Tierras raras
Sobre la controversia por la extracción de tierras raras en la isla de Fuerteventura, Mario Cabrera afirma que se reunió con representantes de la empresa Satocan «y se le dijo que la zona estaba en la Red Natura 2000 y se le dió el ‘no’ desde el minuto cero».
Cabrera indica que el asunto ha pasado por el Parlamento canario en tres legislatura y siempre se ha apoyado el estudio y la investigación, «pero lo que no esperábamos es que algo que estaba diseñado como una actividad de las universidades y los cabildos termine en manos de entidades privadas». Apunta que se trata de una actividad «altamente contaminante y, en muchas zonas de Europa se ha dicho también que no».
Torretas eléctricas
Asimismo, Cabrera muestra su oposición al «atropello al paisaje» que supone la instalación de torretas eléctricas por parte de Red Eléctrica, con el que se está permitiendo «un negocio que no es para la isla de Fuerteventura».
Señala que el caso se ganó en los tribunales, que obligaron a derribar las torretas, pero el anterior gobierno, por un decreto de interés general, las ha vuelto a instalar. Apunta que, una vez que se instalen las torretas, le sigue la instalación de los parques eólicos también «por interés general». Mientras tanto, se sigue contaminando la isla: «No es cierto que vengan a colaborar en la lucha contra el cambio climático».