Hablamos con Delfina Balonga, presidenta de la Asociación de Glaucoma para afectados y familiares ante la semana mundial de esta enfermedad.
Entre los días 12 y 18 de marzo se celebra en todo el mundo la semana del glaucoma, para visibilizar una enfermedad degenerativa que padece un millón de personas en todo el mundo, aunque la mitad lo desconoce.
Se trata, afirma Balonga, de una enfermedad "silenciosa" porque "al menos en su forma más frecuente pasa desapercibida. Se van muriendo fibras nerviosas pero no afectan al campo de visión". Se trata de una degeneración del nervio óptico, que conecta al cerebro con el ojo, y que puede estar motivada por muchos factores, como la la alta presión intraocular, los antecedentes familiares, la presión arterial muy alta o muy baja y la ingesta de algunos productos, como ciertos fármacos que se usan en psiquiatría.
Existen muchas variedades de la enfermedad, como el glaucoma congénito, el neurovascular que sufren los diabéticos y, el mas frecuentes, el llamado de ángulo abierto, que afecta a las personas mayores. Los expertos recomiendan revisiones periódicas a partir de los cuarenta años: "Es bueno ir al oftalmólogo, no solo en la óptica, porque las ópticas carecen de todos los medios". Lo que sí puede hacer el optometrista es tomar la presión intraocular.
El glaucoma no tiene cura, pero una detección temprana ayuda a ralentizar el desarrollo de la enfermedad.