La ganadera Pilar Carballo y la patrona de barco Carmen Soto nos explican sus experiencias en sectores hasta ahora muy masculinizados.
Canarias celebró el pasado 15 de octubre el día internacional de la mujer rural testimoniando como cada vez más féminas se incorporan a actividades que, hasta no hace mucho tiempo, estaban reservadas a los hombres. Entre ellas se encuentran la ganadera Pilar Carballo y la patrona de barco Carmen Soto.
Del sector público a la ganadería…
Carballo, ganadera, agricultora y pastora, es propietaria de la finca ecológica La Jara, en Arafo, a la que se incorporó profesionalmente tras decidir hacer un cambio radical en su vida y abandonar el puesto en una empresa pública en la que llevaba veinte años.
Hizo un estudio de mercado y vió que había un nicho para la producción de huevos camperos, actividad con la que comenzó. Ahora ya lleva siete años y a la actividad ha incorporado la producción de carne ecológica.
Señala las dificultades iniciales en el acceso a la tierra y al agua por los altos precios y los obstáculos de una actividad muy masculinizada, “en el que las mujeres siempre han estado, pero con un papel menos visibilizado”.
Ahora cada vez se incorporan más mujeres, haciendo nuevas actividades: “Aportamos una manera de hacer las cosas distintas”. Afirma que la asignatura pendiente es que las mujeres tengan mayor presencia en los puestos donde se toman las decisiones, que aún siguen siendo mayoritariamente masculinos.
… Y a la pesca
Por su parte, Carmen Soto, pescadora y patrona de barco de pesca local, también decidió abandonar su trabajo en el sector público para dedicarse a la actividad pesquera, algo de lo que no se arrepiente.
Destaca el compañerismo y las buenas experiencias que ha vivido tras unos comienzos “un poco complicados”. Coincide en que las mujeres siempre han estado en segundo plano, como ayudantes de las labores de pesca.
Tras un cambio en la mentalidad, las mujeres son ahora “más independientes y más libres y así pueden optar a puestos con más oportunidades”. Lamenta que no haya presidentas de cofradías de pescadores, lo que impide participar en la toma de decisiones.