La bióloga Carolina Martínez, desmiente que de las diferencias anatómicas y morfológicas entre los sexos se deduzca una jerarquía entre ellos, se trata de “un constructo social, un producto de la actividad cultural”.
Martínez reconoce que, popularmente, “tenemos una idea del sexo”, pues en los mamíferos se define como un conjunto de características que nos permite dividir a los individuos entre machos y hembras. A este respecto, señala que dichos caracteres anatómicos “no tienen ningún tipo de valor jerárquico, son equivalentes” y se pregunta por qué ha entrado en la mente humana ese interés por jerarquizar los sexos. Se trata, afirma, de un “constructo social, un producto de la actividad cultural”, pero eso “ya no es sexo, sino género. El género es un producto de la cultura humana”.
Así, a los machos se les ha dado una serie de características y a las hembras otros. Por ejemplo al género masculino se lo relaciona con lo “activo, luchador, emprendedor”, mientras que el género femenino se relaciona con “lo pasivo, sumiso, dispuesto a plegarse a la voluntad del otro sexo”. Nada de esto, afirma, “es biológico”.
Desde el punto de vista bioquímico, “el sexo es el intercambio de material genético entre dos organismos”, lo que da como resultado un organismo nuevo “con una combinación novedosa de genes, lo que es muy importante desde el punto de vista evolutivo”. Así, si bien popularmente se asocia el sexo con la reproducción sexual, “hay muchos organismos, como las bacterias, que practican sexo, que son capaces de intercambiar material genético, pero sin reproducirse”.
Martínez recuerda que la mayoría de los autores sostienen que la vida surgió cuando la tierra no tenía atmósfera, “en condiciones extremas, de las que surgieron bacterias que se veían sometidas a esas condiciones y eso producía cambio en su material genético”. Además, esas bacterias tenían posibilidad de intercambiar material entre ellos: “El intercambio de material genético debió realizarse de forma muy frecuente, porque en otro caso no hubiese aparecido la vida”.
La bióloga describe a los seres vivos como “sistemas complejos abiertos cuya existencia depende del flujo de energía que los atraviesa”. Pero también son sistemas abiertos respectos al flujo de información: “nuestra existencia depende del intercambio del material genético”. Para asegurar nuestra continuidad evolutiva “es imprescindible la entrada de genes nuevos”.
Carolina Martínez Pulido
Carolina Martínez Pulido es doctora en Biología por la Universidad de la Laguna y ha sido profesora titular del Departamento de Biología Vegetal de la Facultad de Farmacia de dicha universidad. Ha realizado diversos trabajos de investigación en la Universidad de Calgary (Canadá), como el proyecto del Plant Physiology Research Group. ?Su investigación también ha abarcado las aportaciones de las mujeres al estudio de la Biología. Como divulgadora, ha impartido conferencias sobre pensamiento biológico e historia de la biología. Pertenece a la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT). Colabora con el blog de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, Mujeres con ciencia.