El periodista cultural, Javier Moreno, afirma que el verdadero fracaso de ARCO fue la censura de una sola de las cientos de obras expuestas.
Moreno afirma que el arte siempre ha reivindicado para sí una "cierta dimensión transgresora", pero lo cierto es que "como la mayoría de él es arte subvencionado por las administraciones" se acaba convirtiendo en un arte "meramente decorativo". El periodista se pregunta si resulta imaginable "ver censurada una obra de Martín Chirino o Pepe Dámaso", a cuyas obras califica de "arte inofensivo".
Se muestra partidario del "mayor grado de libertad de expresión" aunque esa libertad "por definición" va a ser, de alguna manera "ofensiva para alguien". Lo que, a su juicio, resulta intolerable es que "la libertad de expresión se ejerza con dinero público". Por ese motivo, considera que se puede tolerar las expresiones, incluso, "machistas", pero, a condición de que "cada uno se lo pague de su bolsillo". A ese respecto, recuerda que la ópera es una expresión artística particularmente machista que "desaparecería tan pronto dejara de recibir subvenciones".