Donald Sutherland, un secundario con presencia «hipnótica»

Donald Sutherland en 'Desmadre a la americana' | Universal Pictures

Donald Sutherland en 'Desmadre a la americana' | Universal Pictures

El cineasta Javier Chavanel destaca la larga carrera de un actor con más de doscientas películas en su historial.

La muerte del actor Donald Sutherland, a los 88 años de edad, dejará un importante vacío en las pantallas, pues, a juicio del cineasta Javier Chavanel, se trata de un secundario de carácter, inquietante, de mirada torva, y de grandes papeles. 

Con más de doscientas películas y sesenta años de carrera, Chavanel señala que, en cada película «se comía la pantalla», fuera la cinta buena o mala, «con una presencia hipnótica».

La crisis del cine

Chavanel se hace eco de la grave crisis que atraviesa el cine, con escasa asistencia a las salas tras los éxitos del pasado verano con Barbie y Oppenheimer. Señala que no hay ningún estreno fuerte y solo ha habido una sucesión de «batacazos de taquilla», con el récord para Furiosa, la cuarta entrega de Mad Max, que apenas ha recaudado sus costes. 

Chavanel indica que el cine nunca se recuperó de la pandemia y la gente ha optado por el streaming, que ha recortado los tiempos de proyección de las novedades. A esto se suma el elevado precio de las entradas y las restricciones para entrar comida. 

El inclasificable Nicholas Cage

El cineasta nos recomienda ver el último trabajo de Nicholas Cage, que está en Amazon y lleva por título Compasión con el diablo. Indica que el método del actor se basa en tres patas: el teatro kabuki japonés, el expresionismo alemán y ciertas técnicas chamánicas, que le hacen «ir por libre en todas las películas, con independencia del guión»: «Su última década no tiene desperdicio, verlo es todo un festival».

El debut de Ishana Night Shyamalan 

Finalmente, Chavanel se hace eco de Los vigilantes, el debut de la hija de Night Shyamalan, especialista en cine de suspense y de terror. Ishana Night Shyamalan sigue los pasos del padre, «dirige bien, pero parece más conservadora que él», lo que, en parte, desmiente el carácter siempre disruptivo de las nuevas generaciones.