La desalación acapara la mayor parte del consumo eléctrico de EMALSA. El 90% del agua de consumo en la ciudad proviene de la desalación.
El consumo de electricidad para la gestión del Ciclo Integral del Agua en Las Palmas de Gran Canaria es el gasto más cuantioso de EMALSA. Asciende a 130 millones kWh cada año y el 72% de ese consumo eléctrico se destina a la planta de desalación, tal y como explicó el subdirector de Aprovisionamiento y Contratación de EMALSA, Víctor Martín-Macho. El agua desalada cubre el 90% de la demanda de agua de toda la ciudad.
El consumo eléctrico de un hogar convencional es de 10.000 kWh al año La factura eléctrica anual de EMALSA se sitúa en los 130millones kWh. No es de extrañar, por tanto, que el consumo energético sea la compra más importante de la compañía y que esté sometida a un exhaustivo control.
EMALSA apuesta por la incorporación de energía alternativa y limpia a sus procesos, lo que motiva que mantenga convenios de colaboración con distintas entidades, como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el Instituto Tecnológico de Canarias, para participar de la investigación que promueve las fuentes alternativas y la reducción de CO2.
En el campo de la energía eólica, EMALSA participa en el proyecto ELISA que lidera la PLOCAN y que estudia el rendimiento del primer aerogenerador marino instalado en la costa de Gran Canaria.
En el ámbito de la energía fotovoltaica, ha equipado algunas de sus instalaciones, como la ubicada en el Llano de Las Brujas, con placas solares que permitan la captación de energía solar para contribuir a la eficiencia de los propios edificios. La idea es conseguir dotar de placas solares y estaciones de repostaje eléctrico sus instalaciones, para alimentar de energía a una flota de coches eléctricos. Hoy por hoy, el coste de la adquisición de estos vehículos y de la instalación necesaria para la captación de energía solar, no hace rentable la inversión para recuperarla a través del autoabastecimiento de energía.