El periodista cultural Javier Moreno explica que la empatía no es un valor moral, de tal forma que se puede tener una gran empatía pero ser un perfecto asesino.
Para Moreno, la empatía está relacionada con una de las patas del binomio comprender-justificar. Así, gracias a la empatía "podemos comprender la acción de cualquier persona" en la medida que hayamos desarrollado esa capacidad de comprensión. Pero eso no significa que "justifiquemos esa acción" porque la justificación es una "decisión moral" que está "completamente separada" de la comprensión.
El periodista y antropólogo recuerda que la empatía "es siempre selectiva": se empatiza más con unos que con otros. Así, pone como ejemplo que, para el desarrollo del movimiento feminista en España, fue muy determinante el hecho de que nos hayamos educado en un sistema mixto de enseñanza en el que conviven niños y niñas y "unos conocen la vida de las otras y a la inversa".
Moreno señala que los niños "son un desastre" empatizando", así, tienden a pensar que solo ellos existen, y han pasar muchos años antes de que sean capaces de "pensar en el lugar de otros".