Abián Asael, farmacéutico e integrante de Jóvenes Talentos Farmacéuticos, explica las diferencias y terapias para estas dos enfermedades.
Es fácil confundir la gripe y el resfriado, pues ambas son infecciones virales, "pero con una sintomatología diferente". Así, la gripe produce fiebre alta, tos seca y dolor muscular que aparecen de manera brusca, mientras que los resfriados tienen una sintomatología más leve y cursan sin fiebre.
Ambas enfermedades curan solas en el período de una semana, cabiendo solo un tratamiento sintomático para la tos, la fiebre y el dolor. Se suele prescribir paracetamol, por su poder antipirético y analgésico, así como antihistamínicos y soluciones salinas y anti congestión. El uso de antibióticos será prescrito por el médico a determinados pacientes para evitar sobreinfecciones de origen bacteriano, como es el caso de la neumonía. Asael afirma que "hay que evitar la automedicación".
Mitos y realidades
Existen mitos muy extendidos respecto a estas dos enfermedades, como el de que coger frío implica contraer la gripe o un resfriado, pero "estas enfermedades se producen por entrar en contacto con el virus, no con los cambios de temperatura". Tampoco se transmiten de forma particular por el aire acondicionado.
Vacunación
Asael señala que la vacunación contra la gripe está recomendada para cualquier persona, pero muy especialmente para las personas mayores de 65 menores o menores de dos años, las embarazadas, las que padezcan enfermedades cardiovasculares, enfermos crónicos, con sistema inmune comprometido y también para el personal sanitario. Otro mito que hay que combatir es el de que la vacuna previene la gripe al 100%, "pues el virus de la gripe tiene una gran capacidad de mutación. Pero siempre dará con menor virulencia".