Hablamos con Cristina Rodríguez, alumna del máster de energías renovables de la UEC, y con Baltasar Peñate, jefe del departamento de Agua del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), sobre este novedoso proyecto.
Un estudio realizado por seis alumnos del Máster Universitario en Energías Renovables de la Universidad Europea de Canarias (UEC) ha analizado las mejoras de rendimiento y eficiencia energética de una instalación flotante de energía solar fotovoltaica en la planta desaladora ‘Las Palmas III’, contando con el respaldo técnico del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) y la empresa Emalsa.
Esta iniciativa en materia de eficiencia energética y uso de energías renovables ligadas al ciclo del agua, ha sido propuesta por el ITC dentro de las acciones del proyecto EERES4WATER (Atlantic Area) para conocer la viabilidad de la instalación flotante con el doble objetivo de generar energía limpia y mejorar los problemas de explotación existentes con la alta variación de la temperatura del agua de mar captada de forma abierta para la desaladora Las Palmas III, actualmente la mayor de Canarias, gestionada por Emalsa y que produce el 90% del agua de abasto de Las Palmas de Gran Canaria.
El “sueño” de cualquier ingeniera
Una de las alumnas participantes en el proyecto, Cristina Rodríguez, afirma que el “sueño” de cualquier persona que se dedica a la ingeniería es poder trabajar en un proyecto de estas características, “con gran valor añadido, no solo para Emalsa, sino para toda Canarias”. Señala que el resultado preliminar considera viable la implantación de un sistema fotovoltaico que cubra el 92% de la balsa de captación de agua de mar con tecnología comercial ya existente. Se trata, indica, de un trabajo pionero en Canarias, en cuanto este tipo de instalaciones tienen que luchar contra las condiciones hostiles del mar y podría ser el primero existente vinculado a una planta desaladora.
Reducción de emisiones de CO2
Por su parte, Baltasar Peñate, jefe del departamento de Agua del ITC, pone de relieve la capacidad de trabajo y profesionalidad de estos seis alumnos y se satisface de los objetivos alcanzados “factibles de ejecutar”. Señala que una estructura así permitiría reducir los costes de explotación de Emalsa y bajar las emisiones de CO2, incorporando las energías renovables en un proceso tan intensivo en el consumo de energía como la producción del agua.