Tras la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil, el periodista cultural Javier Moreno se pregunta por qué la democracia, como forma de vida, está en “un momento tan bajo”.
Bolsonaro, afirma Moreno, se une al “selecto club” al que ya pertenecen Donald Trump en Estados Unidos y Mateo Salvini en Italia. “Gente”, dice, “con poco gusto por la democracia”. La cuestión es por qué estas formas “autoritarias” de entender el gobierno triunfan en lo que hasta ayer eran democracias “más o menos consolidadas”.
La cuestión, dice Moreno, es que no se pueden ver las democracias y las dictaduras como compartimentos estanco que no se comunican entre sí. Por el contrario, señala que democracia y dictadura son dos realidad que, con frecuencia, se entremezclan.
Moreno recuerda que la promesa que define a la democracia no es ni la seguridad, ni el bienestar ni la identidad: Esos objetivos los puede conseguir perfectamente una dictadura”. La promesa que promete la democracia es la de que “es la ciudadanía quien decide cómo quiere vivir y asume las consecuencias de esas decisiones”. Sin embargo, dice Moreno, en las democracias actualmente existentes, “sea en España, sea en Canarias o sea en tu barrio, lo único que parece que podemos decidir es qué dictador nos gobernará los próximos cuatro años”.