Esther Torrado, profesora investigadora del departamento de Sociología y Antropología de la ULL, enfatiza que este hábito es "una escuela de desigualdad".
Uno de cada dos jóvenes tinerfeños consume pornografía de forma habitual, según revela un estudio de la Universidad de la Laguna (ULL). Esther Torrado, profesora investigadora del departamento de Sociología y Antropología de la universidad, indica que este estudio, llevado a cabo en colaboración con el Cabildo de Tenerife, apunta a la relación entre la pornografía y la violencia sexual entre jóvenes.
La muestra se llevó a cabo con 2.759 jóvenes de 16 a 29 años y goza de una fiabilidad muy alta, por lo que Torrado considera muy interesante que pueda hacerse a nivel de toda Canarias. A los jóvenes se les realizó una encuesta y se formaron grupos de discusión en cuatro zonas de la isla de Tenerife.
Erotización de la violencia
Torrado señala que se encontró entre los jóvenes una importante adicción al porno, con casos de conexiones diarias a internet para consumirlo. Afirma que se trata de una pornografía “que ha mutado” con el tiempo, estando en manos ahora de entidades internacionales que se benefician de la erotización de la violencia.
Afirma que la pornografía es “una escuela de desigualdad”, porque los jóvenes tienden a reproducir lo mismo que ven en las pantallas. Su solución es un reto para las instituciones educativas, pero también para padres y madres y las administraciones, que deben penalizar a las empresas que permiten el acceso a los menores.
Consentimiento viciado
El estudio muestra que las mujeres consumen en menor medida que los hombres, y cuando lo hacen es sugerido por las parejas o buscando información. Además, abandonan pronto este tipo de consumo.
Torrado considera necesario abordar la cuestión del “consentimiento viciado” de las mujeres ante prácticas violentas, pues las chicas están influidas por películas como ’50 sombras de Grey’.