La madre de un menor con trastorno del espectro autista pone de relieve las dificultades para la conciliación familiar y laboral.
La discontinuidad de los docentes y la falta de auxiliares constituyen dos de los puntos débiles de las Aulas Enclave en Canarias, según el testimonio de la madre de un alumno de siete años que padece trastorno del espectro autista.
Afirma que ser madre de un niño de estas características supone una “montaña rusa emocional” en la que de continuo se cuestiona “si estás haciendo lo suficiente”. Señala las necesidades especiales que tienen, desde las visitas a los terapeutas a las actividades extraescolares, más allá de las dificultades en el día a día.
Cambios de docentes
Señala que su experiencia con las Aulas Enclave está llena de “sorpresas”, siendo la principal de ellas que, con frecuencia, la titularidad del aula está sujeta a muchos cambios de profesores,lo que ocasiona cambios constantes en las rutinas de los niños. Apunta que cada docente tarda en hacerse con el control del aula un trimestre, lo que provoca el estancamiento de las enseñanzas. Reivindica fórmulas que eviten estos trastornos a los alumnos.
Falta de oportunidades
A esto se añaden problemas con la conciliación familiar, ya que los colegios proporcionan el servicio de acogida temprana, pero no la recogida tardía, porque para ello se necesitan más auxiliares. Esto, dice, provoca desamparo en los padres, que ven sacrificada su vida laboral: “No se nos dan las mismas oportunidades que a otras familias”.