Elena Báez, fisioterapeuta de Hospitales San Roque, alerta para no normalizar una situación que puede corregirse por completo.
El suelo pélvico está formado por el conjunto de músculos y tendones que se ubican en la parte baja del estómago. La fisiología de esta zona trata y previene las disfunciones en estas estructuras, cuyo síntoma más conocido, aunque no el único, es la incontinencia urinaria. Los problemas pueden cursar con dolor mientras se mantienen relaciones sexuales.
Los factores de riesgo son el embarazo y el parto, la cirugía abdominal, el sobrepeso, el estreñimiento, el sobreesfuerzo y las enfermedades respiratorias que cursan con tos prolongada. El mejor tratamiento, señala la experta, es la prevención.
El tratamiento comienza con una entrevista personal en la que se valoran los antecedentes. Le sigue una exploración física similar a la de un ginecólogo. Con estos datos se elabora un plan de tratamiento personalizado que puede incluir masajes, estiramientos, así como electroterapia, gimnasia postural y enseñar a contraer los músculos de manera eficaz y efectiva. Las conocidas bolas chinas no siempre son el tratamiento correcto, afirma Báez, pues no todas las incontinencias se producen por debilidad. Sería una forma de automedicación que puede estar particularmente contraindicada.