Juan Albino, catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la ULL, señala que el impacto será «enorme», aunque eso no se traduce, necesariamente, en una generalización del paro.
La introducción de la inteligencia artificial podría afectar hasta el sesenta por ciento de los empleos en las economías más avanzadas, según señala Juan Albino, catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la ULL, que matiza que si bien el impacto será «enorme», eso no se traduce, necesariamente, en una generalización del paro.
Indica que la IA está llamada a mejorar la productividad y la calidad de vida en varias áreas, como la sanitaria. Pero también plantea dilemas éticos y morales, como la posibilidad de la generalización de contenido irreal.
Formación y regulación
Señala que el punto de partida no puede ser el miedo y el rechazo, sino la comprensión de lo que subyace en la inteligencia artificial. Por tanto, lo primero que se requiere es mejorar la formación de la ciudadanía para conocer la herramienta y, a partir de ahí, poder abrir un debate sobre los caminos a seguir. A este respecto, Albino recalca la necesidad de una clara regulación.