Carla Santana Marrero, doctora en medicina general en Hospitales Universitarios San Roque Lanzarote, desmitifica el uso meramente estético de técnicas que pueden mejorar muchas afecciones.
La medicina estética va mucho más allá de los usos que, popularmente, se entiende por ella, señala Carla Santana Marrero, doctora en medicina general en Hospitales Universitarios San Roque Lanzarote.
Usos terapéuticos
Recuerda que estas técnicas no se traducen en esos casos de parálisis facial que se relacionan con el uso del botox para mejorar las facciones, sino que sus usos sirven para mejorar la calidad de vida, como en casos de exceso de sudoración, bruxismo o, incluso, el tratamiento de la tortícolis.
En casos de bruxismo, una afección en la que una persona rechina, aprieta o cruje los dientes, el botox se aplica directamente en el músculo con el fin de relajar la musculatura, lo que evita el dolor en la zona.
En caso de arrugas, se puede usar para personas que gesticulan mucho, con lo que se consigue reducir la movilidad de la zona, de tal forma que las arrugas dinámicas se puedan convertir en estáticas, mejorando la calidad de vida del paciente.
«Cuidarse «de dentro hacia afuera»
Santana Marrero apuesta por un enfoque conservador de la cirugía estética, orientada a mejorar la calidad de la piel y evitar su flacidez. Recuerda, no obstante, que la salud de la piel comienza con cuidarla «de dentro hacia afuera», con la suficiente hidratación, la buena alimentación y, sobre todo, un buen cuidado de la piel, a través de una doble limpieza facial.