Pablo Juárez del Dago, jefe de urología de HUSR en Maspalomas, nos detalla todas las técnicas disponibles cuando se padecen enfermedades relacionadas con la próstata.
La salud urológica es clave para mantener la calidad de vida cuando los hombres comienzan a pasar la medianía de edad, según señala Pablo Juárez del Dago, jefe de urología de Hospitales Universitarios San Roque (HUSR) en Maspalomas.
Hiperplasia benigna de próstata
Señala que las patologías que se refieren a la próstata se distinguen en dos grandes grupos: las benignas y las malignas. Entre las primeras destaca la hiperplasia benigna de próstata, que consiste en el crecimiento de la glándula, algo que si bien no afecta a la supervivencia del paciente, empeora su calidad de vida debido a fenómenos como la nicturia, necesidad de evacuar durante la noche, y a vivir pendiente del cuarto de baño. Esta patología se produce porque el crecimiento de la próstata afecta al conducto de la orina, comprimiéndolo y dificultando su expulsión.
El tratamiento contra esta molesta enfermedad puede iniciarse con medicación, gracias a productos bien tolerados y cuyos beneficios son inmediatos. Si la enfermedad progresa, y sobre todo, cuando se desea mantener la mayor calidad de vida, se puede recurrir a la cirugía con las técnicas más modernas de láser y vapor de agua, algo que permite llevarlas a cabo en un tiempo corto y de manera ambulatoria o casi ambulatoria.
Visita anual al urólogo
La patología maligna está representada por el cáncer de próstata, que transcurre de forma asintomática, pero que se puede detectar con mucha antelación gracias a las analíticas, algo que permite tratarlo hasta su curación. Cosa distinta sucede cuando ya se manifiesta, donde las terapias se reducen a mejorar la calidad de vida.
Juárez del Dago recuerda que el cáncer de próstata se puede detectar de manera muy temprana gracias a las analíticas de sangre, la exploración del tacto rectal y la urimetría. En este sentido, es importante la visita periódica al urólogo, al menos una vez al año.