Natalia Sierra, bióloga e investigadora del departamento de fisiología vegetal, ecología y botánica de la Universidad de La Laguna, nos detalla las posibilidades de este estudio para luchar contra el cambio climático.
La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias y la Universidad de La Laguna están llevando a cabo un proyecto de cuantificación de la potencialidad de los ecosistemas terrestres canarios para la captura de carbono.
El proyecto, que se extenderá hasta diciembre de 2023, cuenta con una aportación de 683.100 euros del Gobierno canario y permitirá determinar las estrategias más adecuadas de captura de carbono en los distintos ecosistemas canarios y desarrollar un marco para los proyectos de compensación de carbono, así como disponer de estimaciones anuales de asimilación neta máxima de carbono bajo diferentes condiciones naturales de temperatura, disponibilidad hídrica, edad y estado fenológico, en las principales especies representativas de los diferentes ecosistemas canarios.
Natalia Sierra, bióloga e investigadora del departamento de fisiología vegetal, ecología y botánica de la Universidad de La Laguna, señala que actualmente están en la fase de la toma de datos de campo, que arrojan ya resultados interesantes.
Gestión del terreno y cambio climático
Así, recuerda que la causa del cambio climático es la liberación de CO2 a la atmósfera y que los sistemas terrestres son capaces tanto de liberar ese carbono como de asumirlo, dependiendo de la gestión que se haga de ellos. De esta manera, el cambio de uso, como talar un bosque para convertirlo en un campo de cultivo, puede afectar a su estructura, a las especies que habitan en el entorno y, con ello, a todo el ecosistema. Todas estas interrelaciones pueden calcularse y observar cuánto carbono puede liberarse o consumirse.
Ya se han analizado islas como La Gomera, La Palma y Tenerife, en los que se ha determinado una media de 256 toneladas de carbono por hectárea. La experta señala que la laurisilva y los pinares, así como otras especies vegetales propias de los ecosistemas canarios, muestran mucha potencialidad para asumir el CO2.