Las bodegas lanzaroteñas sólo han vendido el 20% de sus producciones por la nula demanda turística.
A mediados de julio arrancó la vendimia en Lanzarote con la previsión de recoger 1.200.000 kilos de uva, menos de la mitad de lo cosechado en la anterior vendimia, según explicó el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (D.O.) Vinos de Lanzarote, Víctor Díaz,
“Este año en sí y el pasado ha llovido poco y hay un estres hídrico importante. Y el viticultor ha hecho un esfuerzo por la sacar la cosecha adelante. Hay muchas plantas que se están muriendo, no hay vara de poda, y el problema no lo vamos a tener realmente este año sino de cara al próximo porque al estar la planta tan pobre no hay vara de poda”, explicó.
Avanzó no obstante que “el precio de la uva se mantiene”. “Ya hay poca, qué menos que mantener los precios, si las bodegas bajamos los precios y el viticultor tiene que asumir esos costes ya sería la ruina total”.
Víctor Díaz explicó que aunque las bodegas tienen un remanente del 80% de de la añada de 2019, y también en algún caso del 2018, están dispuestos a comprar la uva que se cosechará este año. Sólo se ha conseguido vender un 20% por la nula demanda turística.
Explicó que esta cosecha será de más calidad porque la falta de humedad impide la proliferación de hongos y la tierra está más sana. El estrés hídrico también tiene su lado positivo porque la fruta madura con concentración de azúcares, los PH son correctos “y los vinos salen espectaculares”.