Los acuíferos están disminuyendo, aunque aún se puede revertir con políticas de gestión proactiva.
Las aguas subterráneas son una fuente crucial de agua dulce para la agricultura, el consumo humano y la industria en general. Sin embargo, estos acuíferos están en peligro por el cambio climático, que los hace más inaccesibles, y su uso excesivo, que amenaza las economías y los ecosistemas, según informa la Agencia SINC.
Científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE UU) han publicado en la revista Nature la mayor evaluación de los niveles de agua subterránea en todo el mundo hasta la fecha, que abarca cerca de 1.700 acuíferos. Aunque los mapas satelitales proporcionan información sobre las tendencias de almacenamiento, medir in situ los pozos de monitoreo y analizarlos a escala mundial da a los científicos y a los gobiernos una visión más amplia de las tendencias.
Sus resultados indican que la tendencia general es una disminución global de los recursos hídricos, con un descenso de más de 0,5 metros por año en el siglo XXI, lo que supone una reducción en el 71 % de los acuíferos. Sin embargo, también ofrecen ejemplos de éxito en la gestión y formas para resolverlo.
Este agotamiento puede tener una serie de efectos indeseables en el suministro de agua para el ser humano
Razones para el optimismo moderado
Los investigadores también encontraron que el 6 % de los acuíferos en los datos aumentaron 0,1 metros por año, mientras que el 1 % aumentó a una tasa de 0,5 metros por año. Este hecho podría ser el resultado de reducciones en el consumo de agua subterránea, la implementación de políticas de consumo, transferencias de agua superficial, o cambios en la cobertura del suelo y proyectos de recarga gestionada. “Este estudio muestra que los humanos pueden cambiar las cosas con esfuerzos deliberados y concentrados”, subraya Jasechko.