Carlos Sierra, vicepresidente Economía Social de Canarias, las define como instituciones "democráticas, participativas y defensoras de la inclusividad".
Las cooperativas dedicadas a la enseñanza tienen un largo recorrido en España, desde que comenzaron a surgir en los años sesenta del siglo XX. En Canarias, los colegios Echeyde se constituyeron en 1980 y dos años después ya abrieron su primer centro, según señala Carlos Sierra, uno de sus promotores y vicepresidente de la asociación Economía Social de Canarias.
Las cooperativas de enseñanza se definen, desde su congreso de 1987, como la tercera vía entre la iniciativa privada y la pública, “pretendiendo asumir lo mejor de los dos casos”. Hasta ahora se han regulado por la normativa de la enseñanza privada, pero la LOMLOE recoge que el reglamento que la desarrolle tiene que contemplar el carácter diferencial de la enseñanza cooperativa.
Comprometidos con la inclusividad
Sierra define las cooperativas de enseñanza como “escuelas democráticas”, en la que los profesores participan en los órganos rectores de los colegios, participativas, mayoritariamente laicas y comprometidas en la defensa del mayor espectro posible de inclusividad: “Fuimos los primeros en integrar a alumnos con necesidades educativas especiales, que hasta entonces no existían”.