La doctora Jennifer Berjón, responsable del servicio de Angiología y Cirugía Vascular de Hospitales Universitarios San Roque, explica los beneficios de la intervención quirúrgica con la técnica Chiva.
La insuficiencia venosa, cuya manifestación más evidente son las varices, pero que cursan también con otros síntomas como la hinchazón o el cansancio en las extremidades inferiores, no son solo un problema estético, sino, sobre todo, un problema médico que es necesario valorar y tratar, según señala la doctora Jennifer Berjón.
Componente genético y factores agravantes
La facultativa señala que en esta patología se da un componente genético o familiar muy importante que se ve reforzado por el envejecimiento, el sedentarismo y el sobrepeso. Por factores hormonales, es más frecuente que lo padezcan las mujeres.
“No se trata de un problema estético, sino de una patología que hay que tratar de manera adecuada”, afirma Berjón, que señala que uno de los tratamientos más efectivos es el quirúrgico mediante una intervención ambulatoria, en la que el paciente vuelve a casa el mismo.
La técnica Chiva
Se trata de la técnica Chiva (cirugía hemodinámica de la insuficiencia venosa ambulatoria), que conserva las venas y es menos agresiva, lo que permite una recuperación más rápida.
La preparación de la intervención comienza con la realización de una ecografía con la que se elabora un mapa de la extremidad y se determinan los canales a través de los cuales se puede garantizar el flujo sanguíneo. Tras la intervención, el paciente debe llevar una compresión elástica ligera, que facilita una recuperación mucho más rápida.
Al cabo de cinco o diez años, y solo en algunos casos, puede aparecer alguna otra variz en la misma extremidad, pero estas suelen ser mucho más benignas y tienen menos riesgos de formar trombos.