Mario Domínguez, paciente con una cardiopatía congénita, nos relata su experiencia tras someterse a una cirugía cardíaca en Hospital San Roque: "Tras tres días de recuperación ya estaba duchándome y a los pocos días ya estaba en mi casa".
Domínguez padece una cardiopatía congénita que evolucionó a peor hasta el punto de que, tras una prueba de control, le dijeron que debía operarse o asumir el riesgo de que podía sufrir un ictus. Tras pensárselo e informarse de las alternativas, se decidió por Hospitales San Roque, pues “la alternativa era entrar en una lista de espera y operarme en Tenerife”.
La operación consistía en reparar o sustituir la válvula, opción por la que finalmente se decidió el equipo médico. La intervención duró 40 minutos y una estancia posterior de veinte y cuatro horas en la UCI: “Las primeras veinticuatro horas fueron duras”, pero la ayuda del equipo médico consiguió que muy pronto volviera a casa y se reincorporara al trabajo antes de los tres meses.
“Me siento bien”, afirma Domínguez, que reconoce que la intervención le ha hecho cambiar los hábitos de vida: “Caminar mucho y dieta al máximo”. Asimismo, afirma que su principal miedo fue “quedarse en la mesa de operaciones”, no obstante los médicos le decían que todo estaba transcurriendo conforme a lo esperado.