Sergi Trias-Llimós, demógrafo del Centro de Estudios Demográficos de la UAB, señala que la esperanza de vida puede reducirse hasta en cinco años.
La población española con menor formación educativa vive menos y lo hace con peor salud, según un estudio llevado a cabo por el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
El demógrafo Sergi Trias-Llimós señala que el estudio se ha llevado a cabo merced a los datos de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de los de la Encuesta Europea de Salud.
Causas evitables de mortalidad
De ellos se deduce la mayor desigualdad en la edad de muerte de las personas con menos formación educativa, traduciéndose en una mayor dispersión, es decir, es menos previsible saber a qué edad morirán estas personas, pues unos lo harán de forma más prematura que otras, algo que no está tan marcado entre aquellos que tienen mayor nivel de formación educativa.
El estudio no entra de forma exhaustiva en las causas de mortalidad, sino que las aborda de una manera general y, en particular, aquellas que son más evitables y prevenibles, como el consumo de tabaco y el alcohol. Así, Trias-Llimós señala que el cáncer de pulmón, relacionado con el tabaquismo, y la cirrosis, relacionada con el consumo de alcohol, muestran patrones muy claros de comportamiento cuando se comparan personas con niveles de estudio diferentes.
Diferencias de género
Se observan también diferencias de género, pues la dispersión es aún mayor entre hombres, que suelen tener una esperanza de vida inferior en cinco años, y las mujeres, que se reduce a tres años. El experto señala que se puede deber a factores de distinto comportamiento, así como a diferencias en los estilos de vida.
Los próximos pasos de este estudio consistirán en analizar causas más específicas y ver cómo influye la formación educativa en enfermedades emergentes como la diabetes, la hipertensión o la demencia.