Mar Aguilera, directora de la Fundación Alares, alerta de los riesgos para la salud física que supone la "lacra" de la soledad.
El programa “Ilumina una vida”, de la Fundación Alares, ha realizado más de quince mil llamadas a personas mayores durante la pandemia. Se trata, dice su directora, Mar Aguilera, de una forma de combatir una “lacra”, como la de la soledad, “que venimos padeciendo desde hace mucho tiempo sin prestar la atención suficiente”. Señala que la covid-19 no ha hecho más que visibilizar aún más un problema que tiene consecuencias físicas en forma de enfermedades, estrés y trastornos cardíacos. Así, menciona que el pequeño contacto telefónico a través de videoconferencia ha permitido que muchas personas mayores sufrieran un menor deterioro cognitivo.
Señala que los programas de acompañamiento físico están actualmente paralizados, sobre todo porque el voluntariado es joven y tiene mayor riesgo de contagio: “Tan pronto podamos reanudar el voluntariado presencial lo retomaremos, pero manteniendo el teléfono, que va a seguir ahí”.
Las personas que quieran acogerse a este servicio pueden contactar, de forma gratuita, en el teléfono 900 877 037.