El ingeniero de caminos, canales y puertos señala que el tren no solucionará los problemas de tráfico sin un plan de movilidad efectivo asociado.
El ingeniero de caminos, canales y puertos Rufino García considera que el colapso de movilidad en la isla de Tenerife es una posibilidad real, pues se disponen de unas infraestructuras viarias pensadas a finales de los años sesenta “para las condiciones de aquel tiempo”. Así, se estimó el uso de 25.000 vehículos al día, “cuando hoy tenemos secciones con más de 100.000 vehículos”. Su fecha de caducidad era los años noventa, pero, desde entonces, “no se ha hecho nada”.
850.000 vehículos
Las zonas más críticas, señala, son las del trayecto entre el aeropuerto y el municipio de Adeje y las entradas norte y sur al área metropolitana, zonas en las que se agolpan los más de 850.000 vehículos que hay en la isla. Se trata, señala García, de una de las tasas de motorización más altas de España, “algo que también ocurre en otras islas por la falta de ferrocarril y de un transporte público eficiente, así como por la dispersión de la población”.
Indica que el tren del sur no supone por sí solo una solución al problema si no viene acompañada de otra serie de actuaciones, como un plan integral de movilidad. Apunta que incluso el tren se ve además obstaculizado por “propuestas ideológicas” que si bien son respetables “es preciso que den una razón a esas propuestas”.
La isla que queremos y que podemos
“Hay que preguntarse si es la isla que queremos y que podemos”, afirma el ingeniero, que indica que es es insostenible un atasco diario para ir a trabajar: “No se trata de demonizar el coche”, pero considera que tiene que moderarse el uso y ponerse algunos obstáculos: “Piénsese que Santa Cruz es la única ciudad que no tiene control de los aparcamientos”, señala, recordando que el 40% del tráfico en las ciudades se debe a la búsqueda de aparcamiento.
Afirma que, a corto plazo, una solución es comenzar a compartir el vehículo, lo que haría la situación más sostenible, “no solo por el problema del tráfico, sino también la sostenibilidad ambiental”, algo a lo que hay que tender en el objetivo de la total descarbonización, porque el transporte genera el 75% de los gases de efecto invernadero.