Daura Vega, investigadora de la universidad grancanaria, recalca la importancia de una investigación cuya novedad es ir más allá del análisis de la superficie y el fondo marino.
Un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), el Instituto Español de Oceanografía y la Plataforma Oceánica de Canarias, con la colaboración de la Universidad de la Laguna, ha detectado la presencia de microplásticos hasta a mil metros de profundidad en nuestras costas.
Según indica Daura vega, investigadora de la ULPGC, no es este fenómeno algo que se aprecie a simple vista, sino un problema que, no por microscópico, deja de ser “general y global” y que probablemente afecta a todo el Atlántico norte. Señala que la importancia de esta investigación reside en que, hasta ahora, se han venido estudiando los residuos de microplásticos en la superficie y en el fondo marino, pero ahora se está empezando a estudiar la columna de agua.
Efecto ‘roomba’
Además, es la primera vez que se rastrea un remolino para detectar la presencia de microplásticos, porque se sospechaba que estos fenómenos podrían contribuir a almacenar microplásticos “como lo hace una roomba”, las aspiradoras domésticas que van acumulando el polvo de las viviendas mediante la rotación sobre sí mismas.