El emprendedor Saúl de León ideó el dispositivo viendo un reportaje sobre los salvamentos de Cruz Roja a inmigrantes.
El dispositivo, de 17 centímetros y 450 gramos de peso, consiste en un aro salvavidas tradicional pero reducido en tamaño unas veinte veces, lo que permite su fácil transporte en gran número o el de un solo dispositivo en un bolso o en un cinturón. Consiste en un pequeño sensor con una pastilla de sal que libera un muelle y libera el CO2 contenido en una botella, de tal forma que, en unos dos segundos, se infla en su totalidad.
La idea se le ocurrió a este geógrafo viendo un reportaje de televisión en el que voluntarios de Cruz Roja acudían al rescate de inmigrantes en el mar. "Se trataba de crear algo pequeño, ligero y compacto, para que una sola persona pudiera llevar muchos". De León recuerda que en el año 2017 fueron víctimas de ahogo en Canarias 93 personas, cantidad que se podía haber visto reducida de forma sensible con este dispositivo.
Crowdfunding a nivel mundial
En el año 2017 consiguió ganar uno de los premios-becas que otorga Phillips Morris a emprendedores: "Jamás pensé que podía ganar". Desde entonces, el proyecto "ha cogido una velocidad impresionante" y en estos días está inmerso en una campaña de crowdfunding a nivel mundial que permitirá crear un gran número de unidades. La campaña pretende pre vender el dispositivo al 50% de su precio, es decir, unos 49 dólares o 40 euros. El Gobierno canario ya se ha comprometido a comprar 400 unidades.