Antonia Varela, doctora en Astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias, señala que no solo dificulta el trabajo de los científicos, sino que afecta a los hábitats y ecosistemas.
Un estudio del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), publicado por la revista Science, alerta de los peligros de la contaminación lumínica y aboga por un pacto mundial para declarar la protección del cielo como una de las metas del desarrollo sostenible.
Antonia Varela, doctora en Astrofísica del IAC, directora de la Fundación Starlight y presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales, señala que las amenazas al cielo nocturno debido a los objetos brillantes ha sido una constante en las denuncias de los astrónomos, que han señalado que la la pérdida de la luz de las estrellas no solo afecta al trabajo de estos profesionales, sino a la protección del paisaje y del medio ambiente, por las alteraciones a los hábitats y los ecosistemas.
«Sin cielo no hay planeta»
Apunta que a la contaminación lumínica producto de la energía para eliminar las ciudades, se han sumado nuevas amenazas, como la puesta en marcha de numerosos satélites, que forma una coraza alrededor del planeta con una importante cantidad de brillo que dificulta la observación astronómica.
Varela aboga por un pacto mundial, a través de la ONU, para la protección del cielo como una de las metas del Desarrollo Sostenible, poniendo de relieve su efecto sobre el medioambiente, la salud y el bienestar: «Sin cielo no hay planeta».