Elena Felipe, directora de Acufade, recalca que casi el 80% de las personas encargadas son mujeres y que la mayoría no tiene ingresos suficientes para una vida digna.
Un estudio de la asociación de cuidadoras, familiares, amigos de personas con demencia, alzheimer y otras demencias (Acufade) demuestra que la situación de estas personas en Canarias es de una grave precariedad, según indica su directora, Elena Felipe.
Afirma que el estudio nació de la necesidad de conocer la situación de las personas que se dedican a los cuidados en las islas, pues se carecía de datos más allá de algunos índice a nivel nacional.
Precariedad e injusticia social sobre las mujeres
El estudio viene a confirmar la situación “de precariedad e injusticia social” que sufren las personas que se dedican a los cuidados, pues esta actividad supone “el expolio de la vida de las mujeres”, que son las que de forma mayoritaria se dedican a atender a otras personas. Así, el 79,8% de los cuidadores son mujeres, cuyo trabajo no está ni protegido ni apreciado y, mucho menos, remunerado, pues de ellas un 20% no recibe ningún tipo de ingresos y el resto no supera, con carácter general, una pensión no contributiva.
“Ese gran peregrinar”
Felipe indica que la ley canaria de dependencia es “ese gran peregrinar”, pues la mayoría de las personas muere sin recibir las ayudas que les corresponden. En cualquier caso, recuerda que está previsto que las personas que atienden a otras en su entorno familiar solo reciban 387 euros por una dedicación de 24 horas, lo cual tacha de “obsceno”.
Demandan una ley que reconozca el derecho a cuidar y a ser cuidados, con unos recursos suficientes que garanticen la posibilidad de elegir cuidar “y que no recaiga exclusivamente sobre las mujeres”.